crónica
¡Benditos seáis, […] coches, trenes y vagones,
respirar regular de fábricas y temblorosos motores atronando
con vuestra crónica […]!
¡Sí, benditos seáis, por ocultarme!
¡Benditos seáis, […] coches, trenes y vagones,
respirar regular de fábricas y temblorosos motores atronando
con vuestra crónica […]!
¡Sí, benditos seáis, por ocultarme!