Quien eres no serás, que tiempo y suerte te mudarán en otro. Pues, ¿para qué empeñarte en ser aquello que no habrás de ser nunca? Tuyo es lo que eres, lo que tienes. ¿De quién lo que tendrías?
Odas II, 128, vss. 1-6 [entero], p. 235