Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», X, vs. 15, p. 69
FÁRMACOS
¿Qué eres tú aquí?, ¿qué eres tú aquí?, ¿qué eres tú aquí?
¡Embárcate, incluso sin maletas, en ti mismo diverso!
Poesía VI. Los poemas de Álvaro de Campos 4
«Realidad», vss. 27-39, p. 133
FÁRMACOS
―Vive tu vida. No seas vivido por ella. En la verdad y en el error, en el gozo y en el malestar, sé tu propio ser. Sólo podrás hacer eso soñando, porque tu vida real, tu vida humana es aquella que no es tuya, sino de los otros. Así, sustituirás la vida por el sueño y te preocuparás tan sólo de soñar con perfección. En todos tus actos de la vida real, desde el del nacimiento hasta el de la muerte, tú no actúas. Eres actuado; no vives; sólo eres vivido. Vuélvete, para los demás, una esfinge absurda. Enciérrate, pero sin golpear la puerta, en tu torre de marfil. Y tu torre de marfil eres tú mismo.
Libro del desasosiego
«Los grandes fragmentos», «Fórmula de bien soñar», p. 495
FÁRMACOS
MUERTE
Nunca la ajena voluntad, aunque grata
cumplas por propia. Manda en lo que haces,
ni de ti mismo siervo.
Nadie te da quien eres. No te muden.
Tu íntimo destino involuntario
cumple, sí. Sé tu hijo
Poesía VII. Los poemas de Ricardo Reis
Odas II, 124, vss. 1-6 [entero], p. 231
FÁRMACOS
Quien eres no serás, que tiempo y suerte
te mudarán en otro.
Pues, ¿para qué empeñarte en ser aquello
que no habrás de ser nunca?
Tuyo es lo que eres, lo que tienes.
¿De quién lo que tendrías?
Poesía VII. Los poemas de Ricardo Reis
Odas II, 128, vss. 1-6 [entero], p. 235
FÁRMACOS
Solo estás, no lo saben. Calla y finge.
Finge, mas sin fingir,
y nada esperes que antes, en ti, no exista.
Cada uno ya es todo consigo.