Es preciso también no poseer ninguna clase de filosofía.
Con filosofía no hay árboles: hay solamente ideas.
Hay sólo cada uno de nosotros, como estando en un sótano.
Ahí no hay sino una ventana cerrada, y todo el mundo afuera;
y un sueño de lo que se podría contemplar si la ventana se
[abriera,
pero que nunca es lo que se ve al abrir la ventana.Poesía II. Los poemas de Alberto Caeiro 2
«Poemas inconjuntos», vss. 5-10, p. 151
FÁRMACOS
SUEÑO
y llegar por fin, como vosotros, a extraordinarios puertos!
¡Huir con vosotros de la civilización!
¡Perder con vosotros la noción de moral!
¡Sentir que cambia mi humanidad en la lejanía!
¡Beber con vosotros en los mares del sur
nuevas mezclas salvajes, nuevos trastornos del alma,
nuevos fuegos centrales en mi volcánico espíritu!
¡Ir con vosotros y desnudarme –¡ah! ¡fuera!–
mi vestido tan civilizado, mi blandura de acciones,
mi miedo innato a las cárceles
y mi serena vida,
asentada y estática, reiterada y reglada!
Poesía III. Los poemas de Álvaro de Campos 1
«Oda marítima», vss. 337-348, p. 185
FÁRMACOS
y además una cosa que se encuentra más allá de los dioses, y
[de Dios, del Destino–
siendo aquello que hace que haya dioses, y Dios, y Destino,siendo aquello que hace que haya ser para que pueda haber
[seres,
aquello que subsiste entre todas las formas,todas las vidas, abstractas o concretas,
contingentes, eternas,
verdaderas o falsas!
¡Aquello que, cuando todo se abarcó, aún se quedó fuera,
porque cuando todo se abarcó no se abarcó explicar por qué es
[un todo,
por qué hay algo, por qué, por qué hay algo!
Ser puro, no para ser noble ni para ser fuerte, sino para ser uno mismo. Quien da amor, pierde amor.
Renunciar a la vida para no renunciar a uno mismo.
Vivir es pertenecer a otro. Morir es pertenecer a otro. Vivir y morir son la misma cosa. Pero vivir es pertenecer a otro por fuera, y morir es pertenecer a otro por dentro. Las dos cosas se asemejan, pero la vida es el lado de fuera de la muerte. Por eso la vida es la vida y la muerte la muerte, pues el lado de fuera es siempre más verdadero que el lado de dentro, tanto que es el lado de fuera el que se ve. Toda emoción verdadera es mentira en la inteligencia, pues no se da en ella. Toda emoción verdadera tiene por tanto una expresión falsa. Expresarse es decir lo que no se siente. […] Fingir es conocerse.