[Caeiro] el revelador de la Realidad o, como él mismo dijo, «el Argonauta de las sensaciones verdaderas» –el gran Libertador que nos restituyó, cantando, a aquella nada luminosa que somos; que nos arrancó de la muerte y de la vida para dejarnos entre las simples cosas que no conocen nada, en su transcurso, respecto de vivir ni de morir; que nos libró de la esperanza y de la desesperanza, para que no nos consolemos sin razón ni nos entristezcamos sin causa; comensales con él, y sin pensarlo, de la realidad objetiva del Universo.
«Prefacio de Ricardo Reis», p. 27
SENSUALISMO / SENSACIÓNREALIDAD
Creo en el mundo como en una margarita,
porque lo veo. Mas no pienso en él
porque pensar es no comprender...
No se hizo el mundo para pensar en él
(pensar es estar enfermo de los ojos)
sino para mirarlo y aprobarlo.
«El guardador de rebaños», II, vss. 14-18, p. 37
SENSUALISMO / SENSACIÓN«El guardador de rebaños», II, vs. 19, p. 37 SENSUALISMO / SENSACIÓN
Hay metafísica de sobra en no pensar en nada.
¿Qué pienso yo del mundo?
¡Vete a saber qué pienso del mundo!
Si enfermase, pensaría en eso.
¿Qué idea tengo de las cosas?
¿Qué opinión tengo de las causas y de los efectos?
¿Qué he meditado sobre Dios y el alma
y sobre la creación del mundo?
No lo sé. Para mí pensar en eso es cerrar los ojos
y no pensar. Es correr las cortinas
de mi ventana (pero no las tiene).
«El guardador de rebaños», V, vss. 1-11, p. 45
SENSUALISMO / SENSACIÓN
¿El misterio de las cosas? ¡Vete a saber lo que es misterio!
El misterio único es que haya quien piense en el misterio.
«El guardador de rebaños», V, vss. 12-13, p. 45
SENSUALISMO / SENSACIÓN
porque la luz del sol vale más que los pensamientos
de todos los filósofos y todos los poetas.
«El guardador de rebaños», V, vss. 19-20, p. 45
SENSUALISMO / SENSACIÓN
«Constitución íntima de las cosas»...
«Sentido íntimo del universo»...
Todo eso es falso, no quiere decir nada.
Es increíble que se pueda pensar en cosas de éstas.
Como pensar en fines y razones
«El guardador de rebaños», V, vss. 30-34, p. 47
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Pensar en el sentido íntimo de las cosas
es demasiado, es como pensar en la salud
o llevar un vaso al agua de las fuentes.
El único sentido íntimo de las cosas
es que ellas no tienen sentido íntimo alguno
«El guardador de rebaños», V, vss. 37-41, p. 47
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Pero si Dios es los árboles y las flores
y los montes y el brillo de la luna y el sol,
¿por qué lo llamo Dios?
Lo llamo flores y árboles y montes, brillo de luna y sol;
«El guardador de rebaños», V, vss. 57-60, p. 49
SENSUALISMO / SENSACIÓN
porque soy del tamaño de lo que veo,
y no del de mi altura...
«El guardador de rebaños», VII, vss. 3-4, p. 53
SENSUALISMO / SENSACIÓN
En las ciudades la vida es más pequeña
que aquí, en mi casa, en lo alto de este otero.
En la ciudad las grandes casas cierran la vista con llave,
esconden el horizonte, empujan nuestro mirar lejos del cielo,
y nos vuelven pequeños, pues nos quitan lo que nuestros ojos
[pueden darnos,
y nos vuelven pobres, porque ver es nuestra única riqueza.«El guardador de rebaños», VII, vss. 5-10, p. 53
SENSUALISMO / SENSACIÓN
y gozando nuestro común secreto
que consiste en saber por todas partes
que no hay misterio en el mundo
y todo vale la pena.
«El guardador de rebaños», VIII, vss. 102-105, p. 61
SENSUALISMO / SENSACIÓN
mis pensamientos son todos sensaciones.
Pienso con los oídos y los ojos,
con las manos y los pies,
y con la nariz, y con la boca.
Pensar una flor es verla y olerla
y comer una fruta es probar su sentido.
«El guardador de rebaños», IX, vss. 3-8, p. 67
SENSUALISMO / SENSACIÓN«El guardador de rebaños», IX, vss. 13-14, p. 67
SENSUALISMO / SENSACIÓNREALIDAD
Estando enfermo debo pensar lo contrario
de aquello que pienso estando sano
(pues si no, no estaría enfermo);
debo sentir lo contrario de lo que siento
en cuanto soy yo en la salud;
debo mentir a mi naturaleza
de criatura que siente de cierta manera...
«El guardador de rebaños», XV, vss. 9-15, p. 79
SENSUALISMO / SENSACIÓN«El guardador de rebaños», XXI, vss. 16-17, p. 91
SENSUALISMO / SENSACIÓN
¿Pero quién me ha mandado querer entender?
¿Quién me dijo que había que entender?
«El guardador de rebaños», XXII, vss. 7-8, p. 93
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Si yo interrogara y me asombrara
no nacerían nuevas flores en los prados
ni habría cambios en el sol que lo hicieran más bello.
«El guardador de rebaños», XXIII, vss. 5-7, p. 95
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Porque todo es como es, y así es como es;
y lo acepto y ni siquiera lo agradezco,
para no aparentar que pienso en ello...)
«El guardador de rebaños», XXIII, vss. 12-14, p. 95
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Lo que vemos de las cosas son las cosas.
¿Por qué habríamos de ver una cosa si hubiera otra?
¿Por qué oír y ver sería engañarnos
si oír y ver son oír y ver?
Lo esencial es el saber ver,
saber ver sin estar pensando,
saber ver cuando se ve,
y ni pensar mientras que se ve
ni tampoco ver mientras se piensa.
Pero eso (¡tristes de nosotros que llevamos el alma vestida!),
eso exige un profundo estudio,
un aprender a desaprender,
«El guardador de rebaños», XXIV, vss. 1-12, p. 97
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Las pompas de jabón que este niño
se entretiene soplando por una pajita
son, translúcidamente, una filosofía.
Claras, inútiles y pasajeras como la Naturaleza,
amigas de los ojos como lo son las cosas,
son aquello que son
con una precisión bien redonda y aérea,
y nadie, ni siquiera el niño que las suelta,
pretende que son más de lo que parecen ser.
«El guardador de rebaños», XXV, vss. 1-9, p. 99
SENSUALISMO / SENSACIÓN
¿Es que acaso una flor tiene belleza?
¿La tiene acaso un fruto?
No: tienen color y forma
y apenas existencia.
La belleza es el nombre de algo que no existe
que yo doy a las cosas a cambio del agrado que me dan.
No significa nada.
«El guardador de rebaños», XXVI, vss. 6-9, p. 101
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Incluso a mí, que vivo sólo de vivir,
vienen invisibles a encontrarme las mentiras de los hombres
ante las cosas,
ante las cosas que simplemente existen.
¡Qué difícil ser justo y no ver sino lo visible!
«El guardador de rebaños», XXVI, vss. 14-18, p. 101
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Solamente es divina la Naturaleza, pero ella no es divina...
Si a veces hablo de ella como si fuera un ser
es porque al hablar de ella he de valerme del lenguaje de los
y que a las cosas les impone nombre.
«El guardador de rebaños», XXVII, vss. 1-5, p. 103
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Pero las cosas no tienen nombre ni personalidad:
existen, y el cielo es grande y la tierra es ancha,
y nuestro corazón es del tamaño de un puño cerrado...
«El guardador de rebaños», XXVII, vss. 6-8, p. 103
SENSUALISMO / SENSACIÓN