Abada, Madrid, 2011 (traducción de Juan Barja y Juana Inarejos)
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», II, vs. 19, p. 37
SENSUALISMO / SENSACIÓN
¡Pasa, ave, pasa, y enséñame a pasar!
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», XLIII, vss. 8-9, p. 139
FÁRMACOS
Ser poeta no es ambición mía.
Sólo es mi manera de estar solo.
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», I, vss. 29-30, p. 33
FÁRMACOS
Y que al leer mis versos piensen
que yo soy cualquier cosa natural:
por ejemplo, el viejo árbol
a cuya sombra, de niños,
se sentaban, cansados de jugar,
limpiándose el sudor de la cabeza ardiente
con una manga del mandilón de rayas.
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», I, vss. 59-65, p. 35
FÁRMACOS
Mas yo me pongo triste como una puesta de sol
va entristeciendo nuestra imaginación,
cuando se enfría al fondo la llanura
y se siente la noche, que atraviesa
como una mariposa la ventana.
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», I, vss. 9-13, p. 31
NOCHE
Creo en el mundo como en una margarita,
porque lo veo. Mas no pienso en él
porque pensar es no comprender...
No se hizo el mundo para pensar en él
(pensar es estar enfermo de los ojos)
sino para mirarlo y aprobarlo.
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», II, vss. 14-18, p. 37
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», IX, vss. 13-14, p. 67
SENSUALISMO / SENSACIÓN
REALIDAD
mis pensamientos son todos sensaciones.
Pienso con los oídos y los ojos,
con las manos y los pies,
y con la nariz, y con la boca.
Pensar una flor es verla y olerla
y comer una fruta es probar su sentido.
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», IX, vss. 3-8, p. 67
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Hay metafísica de sobra en no pensar en nada.
¿Qué pienso yo del mundo?
¡Vete a saber qué pienso del mundo!
Si enfermase, pensaría en eso.
¿Qué idea tengo de las cosas?
¿Qué opinión tengo de las causas y de los efectos?
¿Qué he meditado sobre Dios y el alma
y sobre la creación del mundo?
No lo sé. Para mí pensar en eso es cerrar los ojos
y no pensar. Es correr las cortinas
de mi ventana (pero no las tiene).
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», V, vss. 1-11, p. 45
SENSUALISMO / SENSACIÓN
¿El misterio de las cosas? ¡Vete a saber lo que es misterio!
El misterio único es que haya quien piense en el misterio.
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», V, vss. 12-13, p. 45
SENSUALISMO / SENSACIÓN
porque la luz del sol vale más que los pensamientos
de todos los filósofos y todos los poetas.
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», V, vss. 19-20, p. 45
SENSUALISMO / SENSACIÓN
«Constitución íntima de las cosas»...
«Sentido íntimo del universo»...
Todo eso es falso, no quiere decir nada.
Es increíble que se pueda pensar en cosas de éstas.
Como pensar en fines y razones
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», V, vss. 30-34, p. 47
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Pensar en el sentido íntimo de las cosas
es demasiado, es como pensar en la salud
o llevar un vaso al agua de las fuentes.
El único sentido íntimo de las cosas
es que ellas no tienen sentido íntimo alguno
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», V, vss. 37-41, p. 47
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Pero si Dios es los árboles y las flores
y los montes y el brillo de la luna y el sol,
¿por qué lo llamo Dios?
Lo llamo flores y árboles y montes, brillo de luna y sol;
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», V, vss. 57-60, p. 49
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Pero si Dios es los árboles y las flores
y los montes y el brillo de la luna y el sol,
¿por qué lo llamo Dios?
Lo llamo flores y árboles y montes, brillo de luna y sol;
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», V, vss. 57-60, p. 49
PANTEÍSMO
porque soy del tamaño de lo que veo,
y no del de mi altura...
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», VII, vss. 3-4, p. 53
SENSUALISMO / SENSACIÓN
porque soy del tamaño de lo que veo,
y no del de mi altura...
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», VII, vss. 3-4, p. 53
FÁRMACOS
En las ciudades la vida es más pequeña
que aquí, en mi casa, en lo alto de este otero.
En la ciudad las grandes casas cierran la vista con llave,
esconden el horizonte, empujan nuestro mirar lejos del cielo,
y nos vuelven pequeños, pues nos quitan lo que nuestros ojos
[pueden darnos,
y nos vuelven pobres, porque ver es nuestra única riqueza.Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», VII, vss. 5-10, p. 53
SENSUALISMO / SENSACIÓN
En las ciudades la vida es más pequeña
que aquí, en mi casa, en lo alto de este otero.
En la ciudad las grandes casas cierran la vista con llave,
esconden el horizonte, empujan nuestro mirar lejos del cielo,
y nos vuelven pequeños, pues nos quitan lo que nuestros ojos
[pueden darnos,
y nos vuelven pobres, porque ver es nuestra única riqueza.Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», VII, vss. 5-10, p. 53
CIUDAD
Él es el Niño Eterno, el dios que faltaba.
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», VIII, vs. 85, p. 59
PANTEÍSMO
y gozando nuestro común secreto
que consiste en saber por todas partes
que no hay misterio en el mundo
y todo vale la pena.
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», VIII, vss. 102-105, p. 61
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Y el niño tan humano que es divino
es mi cotidiana vida de poeta,
y al ir siempre él conmigo soy yo poeta siempre,
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», VIII, vss. 90-92, p. 61
FÁRMACOS
Y el niño tan humano que es divino
es mi cotidiana vida de poeta,
y al ir siempre él conmigo soy yo poeta siempre,
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», VIII, vss. 90-92, p. 61
PANTEÍSMO
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», X, vs. 15, p. 69
FÁRMACOS
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1
«El guardador de rebaños», XIII, vss. 4-5, p. 75
FÁRMACOS