Bendito sea yo por cuanto no sé.
Todo eso es lo que en verdad yo soy.
Y gozo de todo ello como quien sabe que el sol existe.
«El guardador de rebaños», XXVII, vss. 9-11, p. 103
SENSUALISMO / SENSACIÓNVERDAD

«El guardador de rebaños», XXVIII, vss. 9-11, p. 105
SENSUALISMO / SENSACIÓN
En cuanto a mí, escribo la prosa de mis versos
y me quedo contento,
porque sé que comprendo la Naturaleza por fuera;
no la entiendo por dentro,
porque la Naturaleza no tiene interior;
y si no no sería la Naturaleza.
«El guardador de rebaños», XXVIII, vss. 21-26, pp. 105-107
SENSUALISMO / SENSACIÓN
«El guardador de rebaños», XXX, vss. 2-3, p. 111
SENSUALISMO / SENSACIÓN
«El guardador de rebaños», XXX, vss. 4-5, p. 111
SENSUALISMO / SENSACIÓN
No sé lo que es la Naturaleza: la canto
«El guardador de rebaños», XXX, v. 6, p. 111
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Ésa es la única misión en el mundo,
ésa –existir sencillamente,
y saber hacerlo sin pensarlo.)
«El guardador de rebaños», XXXII, vss. 33-35, p. 117
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Hallo tan natural que no se piense
que me pongo a reír a veces, solo,
no sé bien de qué, pero es de algo
relacionado con que hay gente que piensa...
¿Qué pensará mi muro de mi sombra?
Me lo pregunto a veces, hasta que al fin advierto
que me pregunto cosas...
Y entonces me disgusto; me molesta
como sentir, de pronto, un pie dormido...
¿Qué podrá pensar esto de aquello?
Nada piensa nada.
¿Tendrá idea la tierra de las piedras y las plantas que tiene?
Si es así, que la tenga...
¿qué me importa eso a mí?
Pues si yo pensara en esas cosas,
dejaría de ver árboles y plantas
y dejaría de ver la misma Tierra
para sólo ver mis pensamientos...
Entristecido, me quedaría a oscuras.
Y así, sin pensar, tengo Tierra y Cielo.
«El guardador de rebaños», XXXIV, vss. 1-20 (entero), p. 121
SENSUALISMO / SENSACIÓN
«El guardador de rebaños», XXXV, v. 4, p. 123
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Pienso en esto no como quien piensa, sino como quien respira,
y miro hacia las flores y sonrío...
No sé si es que ellas me comprenden
ni si yo las comprendo a ellas,
pero sí que sé que la verdad está en ellas y en mí
y en nuestra común divinidad
«El guardador de rebaños», XXXVI, vss. 9-14, p. 125
SENSUALISMO / SENSACIÓN
al Hombre primitivo y verdadero
que veía al sol nacer y aún no lo adoraba.
Porque eso es natural –más natural
que adorar al sol y luego a Dios
y luego a todo lo otro que no existe.
«El guardador de rebaños», XXXVIII, vss. 8-12, p. 129
SENSUALISMO / SENSACIÓN
El misterio de las cosas, ¿dónde está?
¿Dónde podrá estar, que no aparece
para al menos mostrarnos que es misterio?
¿Qué sabe el río de eso, qué sabe de eso el árbol?
Y yo, yo que no soy más que ellos son, ¿qué es lo que sé de eso?
Siempre que miro las cosas y pienso en lo que los hombres
[piensan de ellas,
río como un arroyo que suena fresco en la piedra.Porque el único sentido oculto de las cosas
es que ellas no tienen sentido oculto alguno.
Es más extraño que todas las extrañezas,
y que los sueños de todos los poetas
y el pensamiento de todos los filósofos,
que las cosas sean realmente lo que parecen ser
y que no haya nada que comprender.
Esto es lo que mis sentidos han aprendido solos:
que las cosas no tienen significación, sino existencia.
El que las cosas son el único sentido oculto de las cosas.
«El guardador de rebaños», XXXIX, vss. 1-17 (entero), p. 131
SENSUALISMO / SENSACIÓNSUEÑO

¡Ah, nuestros sentidos, enfermos que ven y oyen!
Si fuéramos nosotros como deberíamos ser
no habría en nosotros necesidad de ilusiones...
Nos bastaría sentir con claridad y vida
sin notar ni siquiera el que haya sentidos...
«El guardador de rebaños», XLI, vss. 8-12, p. 135
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Si no hubiera imperfección habría una cosa menos
«El guardador de rebaños», XLI, v. 17, p. 135
SENSUALISMO / SENSACIÓN
¡Pasa, ave, pasa, y enséñame a pasar!
«El guardador de rebaños», XLIII, vss. 8-9, p. 139
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Pero ¿qué hilera de árboles, si ni siquiera hay árboles?
La hilera, y los árboles, en plural, no son cosas, son nombres.
¡Tristes almas humanas, que todo lo ordenan,
y que trazan sus líneas entre cosa y cosa,
que colocan letreros con sus nombres encima de unos
[árboles totalmente reales,
«El guardador de rebaños», XLV, vss. 2-6, p. 143
SENSUALISMO / SENSACIÓN
«El guardador de rebaños», XLVI, vss. 9-10, p. 145
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Busco apoyar las palabras en la idea
y no necesitar un corredor
desde el pensamiento a las palabras.
«El guardador de rebaños», XLVI, vss. 11-13, p. 145
SENSUALISMO / SENSACIÓN
No siempre logro sentir lo que sé deber sentir.
Mi pensamiento sólo muy despacio atraviesa el río a nado,
«El guardador de rebaños», XLVI, vss. 14-15, p. 145
SENSUALISMO / SENSACIÓN
y procuro olvidarme del modo de recordar que me enseñaron,
raspar la tinta con que me pintaron los sentidos,
«El guardador de rebaños», XLVI, vss. 18-19, p. 145
SENSUALISMO / SENSACIÓN
Entonces vi que no hay Naturaleza,
que la Naturaleza no tiene existencia,
que hay montes y valles y llanuras,
que hay árboles, que hay flores y que hay hierbas,
que hay piedras y ríos,
pero que no hay un todo al que todo eso pertenezca,
y que un conjunto real y verdadero
es la enfermedad de las ideas.
«El guardador de rebaños», XLVII, vss. 7-14, p. 149
SENSUALISMO / SENSACIÓNREALIDAD

La Naturaleza es partes sin todo.
Ése es quizá el misterio de que hablan.
«El guardador de rebaños», XLVII, vss. 7-14, p. 149
SENSUALISMO / SENSACIÓN
No sé qué hacer con mis sensaciones.
No sé lo que he de ser conmigo mismo.
«El pastor enamorado», IV, vss. 5-6, p. 165
SENSUALISMO / SENSACIÓN
«El pastor enamorado», VII, v.1, p. 171
SENSUALISMO / SENSACIÓN
«El pastor enamorado», VII, vss. 16-17, p. 171
SENSUALISMO / SENSACIÓN