El arte es un aislamiento. Todo artista debe buscar aislar a los otros, llevarles a las almas el deseo de estar solos. El triunfo supremo de un artista es cuando al leer sus obras el lector prefiere tenerlas y no leerlas. No es porque esto suceda a los consagrados; es porque es el mayor tributo
Libro del desasosiego
«Los grandes fragmentos», «Máximas», p. 507
LECTURAS / ESTÉTICA
El aristócrata es aquel que nunca olvida que no está solo nunca; por eso las normas y los protocolos son un privilegio de las aristocracias. Interioricemos al aristócrata. Arranquémoslo de los salones y de los jardines, pasándolo al interior de nuestra alma y de nuestra conciencia de existir. Estemos siempre ante nosotros mismos siguiendo normas y protocolos con gestos estudiados y dirigidos a los otros.
Al actuar junto a otros pierdo, al menos, una cosa ―el actuar solo.
Cuando me entrego, aunque parezca que me expando, me limito. Convivir es morir. Para mí, sólo mi autoconciencia es real; los otros son fenómenos inciertos en esa conciencia, a los que resultaría mórbido prestar una realidad muy verdadera.