Aquella fuerza que dice ‘no’ a la familia al tiempo que al Estado también ha de decirle ‘no’ a Dios; y del mismo modo que infringimos las órdenes del funcionario y el sacerdote, tenemos igualmente que infringir la vieja ley del Génesis: «Ganarás el pan con el sudor de tu frente; parirás con dolor». El crimen de Adán y Eva consiste estrictamente en tolerar esta ley.
Emmanuel Berl. La mort de la pensée bourgeoise, París, 1929, pp. 172-174. Cit. en W. Benjamin, Obras, IV, I, p. 533.
Las exposiciones universales han perdido gran parte de lo que fue su carácter primitivo. El entusiasmo que se había ido adueñando de los más amplios círculos en el 1851 se ha evaporado por completo, habiendo ahora ocupado su lugar el más gélido cálculo. En el 1851 nos estábamos en la época del libre comercio [...] y hoy nos encontramos, desde hace decenios, ante el creciente avance de la protección arancelaria. [...] Participar en la exposición se ha convertido [...] en una forma oficial de representación [...] y mientras que en el 1850 era un firme principio que el gobierno no se ocupara del acontecimiento, ahora se ha llegado a lo contrario, siendo considerados los gobiernos de cada país participante como los verdaderos empresarios.
Julius Lessing. Das halbe Jahrhundert der Weltausstellungen, Berlín, 1900, pp. 29-30. Cit. en Obra de los pasajes, G 5 a, 5