En la desesperante estereotipia de todos los momentos de destino, los personajes de Green se le hacen presentes al lector como las figuras del infierno de Dante en lo irrevocable del Juicio Final. Pues justamente esa estereotipia es el signo mismo del estadio infernal, y, si consentimos estudiarla a fondo, lo que normalmente se llama ‘destino’ viene a revelarse de repente como la forma perfecta, despiadada, en que el azar ordena. Como la forma más desesperante. Pues la desesperanza ya perfecta es la que se da en la perfección.
La mayor parte de nuestros autores dan un crédito firme e inquebrantable, que desde Freud se revela improcedente, a las confesiones de sus personajes, o al menos lo fingen. Eso porque no quieren entender que un informe que alguien hace de su pasado delata mucho más de su estado actual que del pasado de ése que está hablando.
Emmanuel Berl, Mort de la pensée bourgeoise, París, 1929, pp. 89-90. Cit. en W. Benjamin, Obras II, 2, p. 408