Todo arte popular auténtico –irreflexivo– habla de lo exótico y monstruoso con el mismo amor y la misma lengua que de los asuntos domésticos.
El populacho se halla poseído por un odio frenético a la vida espiritual, viendo la garantía de su aniquilación en el hacer recuento de los cuerpos. En cuanto se les deja, se sitúan en fila india y avanzan hacia el fuego graneado y el encarecimiento de las mercancías.
La popularidad de la hablamos pone ya no sólo en movimiento al conocimiento en dirección a la opinión, sino pone también a la opinión en dirección al conocimiento. Dicho en pocas palabras: el interés realmente popular siempre se halla activo, transformando el material del conocimiento e influyendo en la propia ciencia.
Gesammelte Schriften, IV, 2, p. 672