Cohen, para la filosofía de la religión [...] confronta el judaísmo de los profetas con el mundo del mito, para de ese modo reconocer en el monoteísmo judío la única religión estrictamente ética, por ajena al mito.
Al igual que los rayos ultravioletas, el recuerdo le muestra a cada uno en el texto del libro de la vida la escritura invisible que, a la manera de una profecía, glosaba dicho texto.
En lo que hace a mí, que siento a veces el ridículo propio del profeta, bien sé que ahí no encontraré jamás la caridad que es típica de un médico. Perdido en la vileza de este mundo y rodeado por las multitudes, soy un hombre cansado cuyo ojo, vuelto atrás, a lo hondo de los años, ve sólo desengaños y amarguras, y, delante de él, una tormenta en la que nada nuevo se contiene.
Baudelaire. Œuvres, ed. Le Dantec, vol. II, p. 641-642. Cit. en Obra de los pasajes, J 47 a, 2