El aquí y el ahora del original constituye el concepto de su autenticidad.
Obras I, 2, p. 13
La traducción, que siempre en todo caso es posterior al original, en aquellas obras importantes que no pudieron tener buen traductor en la época de su redacción marca el estadio de su supervivencia.
Toda traducción sería imposible si es que su esencia última consistiera en buscar una mera semejanza con respecto al original. Pues éste cambia en su supervivencia –que no podría recibir su nombre si no fuera mudanza y renovación de algo vivo–. Las palabras escritas nunca terminan su maduración.
Casi toda nuestra originalidad nos viene de ese sello que imprime el tiempo en nuestras sensaciones.
Charles Baudelaire. L’art romantique, ed. Hachette, vol. 3, París, p. 72. Cit. en Obra de los pasajes, J 6 a, 2