inflación
No hay experiencia más firmemente desmentida de lo que han sido las experiencias estratégicas mediante la guerra de trincheras, las experiencias económicas mediante la inflación, las experiencias corporales mediante la batalla de las máquinas, las experiencias morales mediante los que ejercen el poder.
Un camarero del Romanisches Café respondió a aquel cliente que se escandalizaba de que la taza de café de repente costara unos millones de marcos más que el día anterior, dado que el dólar aún no había subido: «¿No sabe usted cuál es hoy la divisa? Ser un filósofo, no pensar, ser un filósofo». Sin duda que quería decir esto: asombrarse en silencio.