Traducción española de Jorge Navarro Pérez en Obras, IV, 1, pp. 91-175, Madrid, Abada, 2010
La riqueza y la velocidad son hoy por cierto eso que el mundo admira y que todos desean. Los ferrocarriles, los vapores, el correo y todas las facilidades de la comunicación son lo que ahora busca el mundo culto para cultivarse todavía permaneciendo en la mediocridad... Propiamente, este siglo corresponde a las cabezas capaces, a las personas prácticas que, provistas de cierta destreza, sientan su superioridad sobre los muchos, sin que tengan talento para cumplir lo máximo. Mantengámonos pues lo más posible en la mentalidad con que vinimos, y así tal vez, con unos pocos, podamos ser los últimos de un tiempo que tardará bastante en regresar.
Carta de J. W. Goethe a K. F. Zelter del 6 de junio de 1825. Cit. en W. Benjamin, Obras IV, 1, p. 94.
Ciertas obras y objetos no se pueden exponer mejor que haciendo como que no escribes para nadie, incluso ni siquiera para ti, sino para el objeto enteramente.
Johann Wilhelm Ritter, Fragmente aus dem Nachlass eines jungen Physikers, Heidelberg, 1810, pp. XXXIII-XXXIV. Cit. en W. Benjamin, Obras IV, 1, p. 121.
Desde que el famoso principio kantiano de una «finalidad carente de fin» ha pasado de moda, un agrado puramente estético queda fuera de lugar en esta época –una que es sin duda interesada–, y así digo, al contrario de lo que nos dice el Evangelio: dadnos ahora todo lo demás, y de ese modo el Reino de los Cielos ya lo encontraremos por nosotros.
Carta de J. B. Bertram a Sulpiz de Boiserée del 11 de mayo de 1811. Cit. en W. Benjamin, Obras IV, 1, pp. 124-125.
Arte y naturaleza, como espíritu y cuerpo, marchan juntos: así, su separarse es la muerte.
Carta de K. F. Zelter a J. W. Goethe del 16 de octubre de 1827. Cit. en W. Benjamin, Obras IV, 1, p. 145.