Pertenezco a una generación ―suponiendo que esa generación sean más personas que yo― que ha perdido por igual la fe en los dioses de las religiones antiguas y la fe en los dioses de las irreligiones modernas. No puedo aceptar a Jehová, ni a la humanidad. Cristo y el progreso son para mí mitos del mismo mundo. No creo en la Virgen María ni en la electricidad
El dios Pan no murió,
pues cada campo muestra
al sonreír de Apolo
el desnudo de Ceres
pecho; ahí veréis un día
que el inmortal, de pronto,
divino Pan retorna.
No dio muerte a los dioses
el triste dios cristiano.
Cristo es sólo un dios nuevo,
tal vez el que faltaba.
Aún Pan sigue dando
el sonar de su flauta
a los oídos de Ceres
recostada en los campos.
Son los mismos los dioses,
siempre claros y calmos,
de eternidad repletos,
despreciándonos siempre,
Poesía VII. Los poemas de Ricardo Reis
Odas II, 2, vss. 1-19, pp. 73-75
PANTEÍSMO
MUERTE