La sensibilidad es sufriente por naturaleza. Y si su suprema concreción […] la experimenta en el erotismo, su consumación más absoluta, que coincide con su transfiguración, tiene que encontrarla en la Pasión.
Por más que Kant y los neokantianos hayan ya sin duda superado la naturaleza de objeto de la cosa en sí como causa de las sensaciones, todavía hay que eliminar la naturaleza de sujeto propia de la consciencia conocedora.
Kraus contrapone a esas sensaciones siempre iguales que la prensa diaria le presenta a su público la ‘noticia’ eternamente nueva que hay que dar de la historia de la Creación: el lamento incesante, eternamente nuevo.
Según Valéry, nuestros más importantes pensamientos siempre son justamente los que contradicen nuestros sentimientos.
Paul Valéry, Oeuvres, París, 1971, vol. II, pp. 647-648. Cit. en W. Benjamin, Obras II, 2, p. 411