Franz Kafka, Beim Bau der chineschisen Mauer. Erzählungen, Berlín, 1931, p. 39. Cit. en Obras II, 2, p. 16
La poesía es el lenguaje natural del mundo antiguo, mientras que la prosa aparece más tarde en su condición de lenguaje adecuado a las reflexiones racionales. «Los distintos autores de las naciones gentiles [...] debieron darles forma a sus primeras lenguas cantando»: eso dice la tesis 59 del libro primero de la Scienza nuova de Vico.
Siempre hay [en Rilke], entre las hojas viejas y las nuevas, unas canciones hechas con la más consumada y más táctil belleza de los frutos; y unas estrofas que van de mano en mano, como se pasaba entre los griegos un cuenco o cualquier otro recipiente.
Metían en la cueva a los hombres condenados a galeras hasta el día en que salían para ir a Toulon. Los empujaban bajo aquella viga a la que estaban sujetas sus argollas oscilando en mitad de las tinieblas [...]. Para comer, hacían subir con los talones a lo largo de la tibia hasta la mano el pan que les echaban en el barro [...] ¿Qué podían hacer en aquel sepulcro del infierno? Agonizar, lo propio del sepulcro, cantar, como se canta en el infierno [...]. En esa cueva es donde nacieron casi todas las canciones del argot.
Victor Hugo. Les Misérables, en Oeuvres complètes, París, 1881, pp. 297-298. Cit. en Obra de los pasajes, C 5 a, 1