Traducción española de Jorge Navarro Pérez en Obras, II, 2, pp. 182-206, Madrid, Abada, 2009
Es admirable la sabiduría con la que Jochmann medía sus palabras y cómo [...] se conformará con plantear suave e insistente la pregunta de si acertamos al «considerar como perdido todo lo pasado e insustituible e insustituido todo lo que damos por perdido».
Obras II, 2, p. 190
La codicia por los tesoros del pasado va más allá de cualquier medida: los fascistas quieren nada menos que adueñarse del mito como tal.
Obras II, 2, p. 193
Nosotros escuchamos las palabras de Jochmann: «No todo lo pasado está perdido». (No necesitamos hacerlo de nuevo) «No todo lo perdido se ha quedado sin sustitución». (Muchas cosas se han ido integrando en distintas formas superiores) Y «no todo lo insustituido es como tal insustituible». (Muchas cosas útiles antaño nos resultan inútiles ahora).
Obras II, 2, p. 193
Tal como lo escribe Valéry, «los románticos se alzaron contra el siglo XVIII en su conjunto, [...] y acusaron así frívolamente de una supuesta superficialidad a unos hombres que estaban muchísimo mejor instruidos que ellos, que sentían mucha más curiosidad por los hechos y las ideas que sentían ellos, y que buscaban la precisión y el pensamiento a gran escala mucho más que ellos».
Obras II, 2, p. 193
La poesía es el lenguaje natural del mundo antiguo, mientras que la prosa aparece más tarde en su condición de lenguaje adecuado a las reflexiones racionales. «Los distintos autores de las naciones gentiles [...] debieron darles forma a sus primeras lenguas cantando»: eso dice la tesis 59 del libro primero de la Scienza nuova de Vico.
Obras II, 2, p. 195
La fuerza expresiva del lenguaje heroico se basa en que no sustituye a la prosaica, sino que dinamita la mudez.
Obras II, 2, p. 195
Tal como lo fuera para Vico, para Jochmann la imagen de los dioses y de los héroes de los primeros tiempos no fue un invento de estafadores sacerdotes, ni la leyenda de unos conquistadores ávidos de poder y de dominio, sino que esas imágenes fueron las primeras en que la humanidad expresó su propia naturaleza.
Obras II, 2, p. 195
Cuanto más antiguo es un pueblo, más significativa su poesía; cuanto más antiguos sus poetas, más inalcanzables son sus obras. Una ojeada simultánea a los cantos del mundo antiguo y a los poemitas de los modernos pueblos muestra que los pasos de estos últimos por el camino de la poesía han sido cualquier cosa menos progresos; que a nuestras obras colmadas de ripios unas fuentes antiguas les han dado su tema; que la seriedad de la poesía de otros tiempos se ha ido convirtiendo en una broma más o menos patente, y que el maestro del pueblo se ha convertido ya en el contertulio que hoy ayuda a matar el tiempo a unas cuantas personas de buena familia.
Carl Gustav Jochmann, Reliquien, Hechingen, 1837, pp. 251 y ss. Cit. en W. Benjamin, Obras II, 2, p. 201