Las correspondances son esas fechas que pertenecen a la reminiscencia. Así, no son históricas, sino son fechas de la prehistoria.
Esa eternidad en que Proust nos inicia es aquella del tiempo entrecruzado, y no el ilimitado. Por cuanto Proust nos habla del transcurso del tiempo en su figura real, entrecruzada, esa que en ningún otro lugar viene a imperar más claramente que en lo interior, en el recuerdo, y en el envejecimiento, en lo exterior. El perseguir la combinación de envejecimiento y recuerdo significa entrar al interior del corazón del mundo proustiano, al universo del entrecruzamiento. Se trata, pues, del mundo en el estado de la semejanza, y en él imperan las ‘correspondencias’, que el romanticismo y Baudelaire fueron los primeros en captar, pero que Proust es el único en sacar a la luz en nuestra vida. Algo que es obra de la mémoire involontaire, de aquella fuerza rejuvenecedora que hace frente al envejecimiento inexorable.
El poeta es soberanamente inteligente [...] y la imaginación es la más científica de las facultades, porque tan sólo ella comprende la analogía universal, o aquello mismo que una religión mística ha llamado la correspondencia.
Carta de Baudelaire a Toussenel de 21 de enero del 1856, recogida en Henri Cordier, Notules sur Baudelaire, París, 1900, pp. 5-7. Cit. en Obra de los pasajes, J 7, 1
Para la experiencia de las correspondencias Baudelaire remite ocasionalmente a Swedenborg, mas también al hachís.
La relación de los significados se podría encontrar emparentada con lo que es el hilado. Si es posible diferenciar en los poetas entre la acción de tejer y la de hilar, la fantasía alegórica sin duda se corresponde al segundo tipo. No sería imposible que aquí jugaran [...] las correspondencias, en tanto una palabra nos remite a una imagen; así la imagen podría por lo tanto determinar el significado de la palabra, como también la palabra el de la imagen.
La imaginación no es la fantasía [...] Es una facultad casi divina que capta [...] las relaciones íntimas y secretas que hay entre las cosas: analogías y correspondencias.
Baudelaire. «Nouvelles notes sur Edgar Poe», en Nouvelles histoires extraordinaires, pp. 13-14. Cit. en Obra de los pasajes, J 31a, 5
Es sin duda un error comprender la experiencia que se encierra en las correspondencias en calidad de mero complemento de algún experimento realizado sobre la sinestesia [...] en los laboratorios dedicados a la psicología. Para Baudelaire se trata menos de esas conocidas reacciones que tan fundamentales le parecen a la actual crítica de arte esnobista o estetizante, cuanto del mismo medio en que se dan tales reacciones. En efecto, su medio es el recuerdo, que en aquel poeta nos presenta una densidad inusual. Pues los datos sensibles correspondientes se corresponden justamente en él, al estar preñados de recuerdos que afluyen con tanta densidad que se diría que no vienen de esta vida, sino de una más amplia y anterior. A dicha vida aluden justamente las llamadas «miradas familiares» con las cuales tales experiencias están contemplando al afectado por ellas.