demonio

El derecho eleva las leyes del destino –la desdicha y la culpa– a medidas ya de la persona; es desde luego falso suponer que tan solo la culpa se encuentra en el contexto del derecho, pudiéndose mostrar sin duda alguna que todo tipo de inculpación jurídica no es en realidad sino desdicha. Bien equívocamente, debido a su indebida confusión con lo que es el reino de la justicia, el orden del derecho –que tan sólo es un resto del nivel demoníaco de existencia de los seres humanos, en el que las normas jurídicas determinaban no sólo las relaciones entre ellos, sino también sus relaciones con los dioses– se ha mantenido más allá del tiempo que abrió la victoria sobre dichos demonios. No en el derecho, sino en la tragedia, fue el espacio en el cual la cabeza del genio se logró elevar por vez primera de la espesa niebla de la culpa, dado que en la tragedia se quiebra ya el destino demoníaco.

Destino y carácter

Obras II, 1, p. 178

---------

Pero es que el Dios de Dostoievski no sólo ha creado el cielo y la Tierra, o los hombres y los animales, sino también la vileza, y la venganza, y la crueldad. Y es que nunca consintió que el diablo se entrometiera en su trabajo. Porque vileza, crueldad y venganza son sin duda alguna originarias; tal vez no ‘magníficas’, mas siempre nuevas, «como el primer día»; y bastante alejadas de aquellos clichés bajo cuyas figuras el pecado viene a presentarse al filisteo.

El surrealismo

Obras II, 1, p. 311

---------

El individuo puede ser un caso particular, pero la acción desenfrenada de su demonio no lo puede ser en ningún caso.

Réplica a Oscar A. H. Schmitz

Obras II, 2, p. 371

---------

El arte moderno tiene una tendencia que es esencialmente demoníaca. Y hasta parece que esa parte infernal del hombre [...] aumenta diariamente.

Obra de los pasajes

Charles Baudelaire. Lart romantique, ed. Hachette, vol. 3, París, p. 373-374. Cit. en Obra de los pasajes, J 4 a, 4

---------