La tarea suprema de una dirección épica consiste justamente en expresar la relación de la acción representada con la acción misma de representar.
Galy Gay es justamente un sabio. Ya Platón comprendió lo que es el carácter no dramático que representa el hombre superior, a saber, el del sabio. En sus diálogos Platón condujo al sabio hasta el umbral del drama; y, en Fedón, al umbral de una representación de la Pasión. En efecto, el Cristo medieval, que –como vemos en los Padres de la Iglesia– representaba al sabio, es el héroe no trágico por excelencia. Pero en el drama profano de Occidente no ha cesado la búsqueda del héroe no trágico. Y a menudo, en discrepancia con sus teóricos, este drama se ha ido separando de la figura auténtica de lo trágico, que es la tragedia griega.
Hebel habría dicho que una acción es moral siempre que su máxima esté oculta. Mas no escondida como el botín de un robo, sino como el oro que se guarda en la tierra. Por tanto, la moral está ligada a situaciones en que los hombres la descubren.
Para Goethe, la meta natural de la ciencia es que el ser humano se comprenda a sí mismo cuando piensa y actúa. […] Pero el mayor beneficio resultante del conocimiento de la naturaleza sin duda consistía para él en la forma que ésta le otorga a una vida. Goethe desplegó aquella idea hasta alcanzar un estricto pragmatismo: «Sólo lo fecundo es verdadero».
En el estado que corona la vida de Fausto, Goethe va a poner de manifiesto el espíritu propio de su praxis: ganar terreno al mar, un concreto modo de actuar que le prescribe historia a la naturaleza, aunque se inscriba en la naturaleza; ése era el concepto de actuación histórica de Goethe.
¿Por qué las acciones propias del colectivo serían no-libres, mientras serían libres, al contrario, las del individuo? Tal variante del determinismo es tan insondable tomada en sí misma como lo es en su significado para avanzar en el debate.
El individuo puede ser un caso particular, pero la acción desenfrenada de su demonio no lo puede ser en ningún caso.
Lo en verdad revolucionario no es la propaganda ideológica que aquí y allá nos incita a acciones claramente irrealizables y se deshace a la primera reflexión, al salir del teatro. Lo en verdad revolucionario es la señal secreta de lo venidero que se expresa en el gesto de la infancia.
El malestar del reformador es el de un desequilibrio interno. Las densidades, posiciones y valores morales se le proponen en contradicción; el reformador se esfuerza en conciliarlos: y eso porque aspira a un nuevo equilibrio. Su obra no será sino un intento para conseguir reorganizar, de acuerdo con su razón y con su lógica, el desorden que siente dentro de sí mismo. Una acción en la que yo no reconozca todas las contradicciones que hay en mí, sin duda me traiciona.
André Gide. Dostoievsky. París, 1930, pp. 265-266. Cit. en W. Benjamin, Obras II, 2, p. 413
La certeza del pecado o del error incluida en un acto a menudo es la única e invencible fuerza que nos empuja a su cumplimiento.
Recogido de Poe en R. de Gourmont. Promenades littéraires, París, 1904, p. 371. Cit. en Obra de los pasajes, J 17, 3
La mano es ya la acción humana entera, y es su único medio para manifestarse. De ahí la quiromancia.
Los ferrocarriles [...] imponían, junto a otras muchas cosas imposibles, transformar las relaciones de propiedad [...]. Un burgués, hasta entonces, emprendía una industria o un comercio sólo con su dinero, a lo que, como mucho, se añadía el de un par de amigos o conocidos [...]. Administraba ese capital, y era el verdadero propietario de la fábrica o la empresa de comercio. Pero, al contrario, los ferrocarriles, precisaban tan grandes capitales que no podían verse reunidos en las manos tan sólo de unos pocos. Y por eso gran número de burgueses, cuyo dinero –siempre tan amado– nunca había salido de su vista, tuvieron que confiárselo a unas gentes cuyo nombre apenas conocían [...]. Una vez aportado el capital perdían el control de su gestión, pero, además, tampoco poseían ningún tipo de derecho de propiedad sobre estaciones, vagones, locomotoras.... De ese modo, tenían solamente su derecho a los beneficios; así, en vez de un objeto [...] se les daba [...] una hojita de papel de apariencia insignificante, que representaba la ficción de atesorar una partecita infinitamente pequeña e inasible de una verdadera propiedad positiva, cuyo nombre aparecía impreso en la parte inferior en grandes letras [...]. Esta nueva estructura [...] se encontraba en una tan radical contradicción con las formas normales de confianza que venían practicando los burgueses [...], que la defendieron sólo aquellos [...] que eran sospechosos del intento de querer derribar todo el orden social: los socialistas. Fourier primero, y luego Saint-Simon, celebraron la movilización de la propiedad con las nuevas acciones en papel.
Paul Lafargue. Marx’ historischer Materialismus, «Die neue Zeit», XXII, 1, Stuttgart 1904, p. 831. Cit. en Obra de los Pasajes, U 3 a, 2
Se ‘democratizaron’ las acciones de Bolsa para que todo el mundo pudiera tener parte en las bendiciones producidas mediante la moderna asociación; pues como ‘asociación’ se enaltecía la nueva acumulación de capital en las sociedades por acciones, de las cuales ahora disponían los financieros de modo soberano, actuando a costa de los accionistas.
W. Lexis. Gewerkvereine und Unternehmerverbände in Frankreich, Leipzig 1879, p. 143, texto comentado por D. Rjazanov, Zur Geschichte der ersten Internationale. Cit. en Obra de los Pasajes, U 6, 3