Canto en mi verso a los trenes, canto a los automóviles, canto a
[los vapores,
pero es que en mi verso, por más que lo ice, sólo hay ritmos e[ideas,
no hay hierro, acero o ruedas, no hay maderas ni cuerdas,ni la realidad de cualquier piedra callejera y nula;
la de aquella piedra que, casualmente, nadie mira al pisar,
pero puede mirarse y ser pisada, y tomarse en la mano,
y mis versos en cambio sólo son como ideas, como ideas que
[pueden no ser comprendidas.
Lo que quiero no es cantar al hierro: es el hierro.Lo que pienso es dar sólo la idea de acero –pero no es
[el acero–.
Lo que más me enfurece en la emoción de la inteligenciaes el no poder cambiar mi ritmo, ese ritmo que imita al agua
[que canta,
por lo que es el real frescor del agua tocando mis manos,el sonido visible de ese río, ése en el que puedo entrar y
[mojarme,
que puede dejar mi traje chorreando,donde podría ahogarme, si quisiera,
que tiene la natural divinidad de estar ahí sin literatura.
¡Mierda! ¡Mil veces mierda a todo lo que yo no puedo hacer!
¿Qué todo, Walt –me oyes–?, ¿qué es todo, qué es todo?
¡Y que mil rayos partan la falta que nos hace no ser Dios
para escribir poemas al Universo y a la Realidad por nuestra
[carne,
tener ideas-cosas, pensamiento Infinito!Para lograr tener estrellas reales en el interior de mi
[ser-pensamiento,
nombres-números ya en los confines de la gran reina[emoción-la-Tierra.
¡Futilidad, irrealidad, […] estática de todo arte,
condena del artista a no vivir!
¡Oh quién nos diera, Walt,
esa tercera cosa que es la media entre el arte y la vida,
Poesía III. Los poemas de Álvaro de Campos 1
«Salutación a Walt Whitman», vss. 518-544, pp. 303-305
SENSUALISMO / SENSACIÓN
REALIDAD
La pintura sucumbirá. La fotografía le privó de muchos de sus atractivos. La futilidad de la insensatez la ha privado de casi todo lo demás. Lo que quedaba lo han arruinado los coleccionistas americanos. Un cuadro magnífico significa algo que un americano rico quiere comprar porque a otros les gustaría comprarlo si pudieran. Así los cuadros se sitúan en paralelo no a los poemas y las novelas, sino a las primeras ediciones de ciertos poemas y novelas. […] La crítica de arte cae gradualmente en manos de comerciantes de antigüedades.
La arquitectura se convierte en un aspecto secundario de la ingeniería.
Sólo la música y la literatura permanecen.
[…] Una visita al museo puede llegar a ser no una contribución a la cultura, sino un estímulo para la envidia, como mirar desde nuestros pies cansados el automóvil de un rico.