TINTÍN. FILOSOFÍA Y VIAJE

El pasado mes de febrero se clausuró Hergé. The Exhibition. A través de dibujos originales y muchas otras obras de este artista multidisciplinar, padre del archiconocido Tintín –desde la ilustración hasta el cómic, con incursiones en la publicidad, viñetas en periódicos, el diseño de moda y las artes plásticas–, los visitantes pudieron sumergirse en el universo de su emblemático reportero que, noventa años después de su creación, sigue despertando pasiones entre lectores y creadores de diferentes ámbitos.

A raíz de la exposición, el Círculo organizó distintas actividades en torno a Las aventuras de Tintín, como «Entre divas y castafiores», el debate moderado por el director del CBA, Valerio Rocco, entre Joan Matabosch, director del Teatro Real, y la experta en cómic y cultura pop Elisa McCausland, en el que se trató el influjo de la Castafiore en el imaginario colectivo. A ese personaje, uno de los más carismáticos de la serie, Hergé le dedicó Las joyas de la Castafiore, el único álbum junto con El secreto del unicornio que transcurre íntegramente en Bélgica, su país natal.

Tintín y Milú fueron viajeros empedernidos. Juntos recorrieron los cinco continentes, viajaron a países inventados, como Syldavia, Khemed o Nuevo Rico, y llegaron incluso a la Luna. De ahí que otra de las actividades paralelas a la exposición fuera el ciclo de conferencias «Filosofía y viaje. Reflexiones de una aventura», coordinado por Rodrigo Castro Orellana, de quien publicamos el artículo «Filosofar, viajar, pensar. Crítica de la razón turística», junto al de Juan Manuel Forte sobre «Viajes, utopías y nuevos mundos en el Renacimiento».