El palacio muerto
Un sueño de arquitecto
Traducción Pedro Piedras
Minerva presenta, por primera vez en castellano, este texto del escritor alemán Paul Scheerbart (1865-1915), perteneciente a su novela Immer Mutig. Una fantasía en la que un arquitecto penetra en el palacio con el que siempre había soñado y debe enfrentarse con su inquietante materialización.
Sabía adónde quería ir.
Así es que, sin ningún miedo, seguí ascendiendo por aquella escalera tan mal tallada en la roca... y en seguida estuve allí.
Y me encontré ante el imponente palacio que toda mi vida había querido tener.
Ahora bien, jamás lo había visto con tanta claridad como entonces.
El palacio se asienta sobre la cima de la montaña como un gallardo casco acabado en punta.
Estoy muy sorprendido.
Pero... es tanta la quietud.
Nunca he sentido una desolación tan atroz.
Y las columnas de rubí me punzan en los ojos... y los amplios salones arden con tanta fuerza por el calor del sol.
¡Pues bien, ése es el imponente palacio que toda mi vida había querido tener!
¡Todo está tan muerto!
Y una voz me habla:
«El arte con el que tú sueñas está siempre muerto. Los palacios no tienen vida. Viven los árboles –viven los animales– pero los palacios no viven.»
«Por consiguiente» –añado–, «¡quiero lo muerto!»
«¡Claro!», oigo exclamar... pero no sé quién lo dice.
«¡Quería la calma... el sosiego!», grito violentamente con un asco espantoso.
«La calma» –oigo entonces–, «ya la encontrarás... pero no seas tan impaciente».
Y yo sabía lo que quería... quería la calma... sin aire... ¡¡¡la marcha al infinito!!!
¡El palacio muerto temblaba... temblaba!