comercio

La historia de la literatura tendría que empezar por estudiar las estructuras de venta […], para así, en lugar de contemplar una y otra vez las mismas cumbres, investigar la estructura geológica sobre la que descansa la montaña del libro.

Novelas de criadas del siglo pasado

Gesammelte Schriften, IV, 2, p. 620

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Se hizo sobre corderos [en la Cour du Comerce] la primera prueba de la guillotina.

Obra de los pasajes

Lefeuve. Les anciennes maisons de Paris, IV, p. 148. Cit. en Obra de los pasajes, A 1 a, 6

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Con los dramáticos anuncios de los grandes almacenes, se pone el arte al servicio del comerciante.

Obra de los pasajes

Obra de los pasajes, A I a, 9

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En Dickens, las historias siempre tienen como punto de partida un recuerdo concreto de las calles; los almacenes, quizá las más poéticas entre todas las cosas existentes, ponen a menudo en movimiento su desbordada imaginación. Cada tienda, en efecto, despertaba dentro de él una idea narrativa. Entre sus varias series de proyectos [...] nos extraña que no empiece ninguno [...] con el título expreso de La calle, con las tiendas formando sus capítulos.

Obra de los pasajes

G. K. Chesterton. Dickens, París, 1927, pp. 82-83. Cit. en Obra de los pasajes, A 11, 3

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Emblemas arquitectónicos del comercio: el escalón que sube a la farmacia, o el estanco que se adueña de la esquina. El comercio aprovecha los umbrales.

Obra de los pasajes

Obra de los pasajes, C 2, 4

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Si es obligado que la arquitectura que le corresponde a un edificio aparezca adaptada a su destino [...] no es posible extrañarse lo bastante ante un monumento que puede ser indistintamente el palacio de un rey o también una cámara de los comunes, un ayuntamiento o un colegio, picadero, academia, tribunal, o museo o depósito o cuartel, un sepulcro, un templo, o un teatro... Pero, en realidad, es una Bolsa. Es Bolsa en Francia como sería templo en Grecia [...]. Ahí tenemos esa columnata que rodea todo el monumento, bajo la cual, en los grandes días de solemnidades religiosas, se desarrolla en plena majestad la dilatada sucesión que forman los agentes de cambio y los corredores de comercio.

Obra de los pasajes

Victor Hugo. Oeuvres complètes, París, 1880, vol. 3, pp. 206-207. Cit. en Obra de los pasajes, F 6 a, 1

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Folleto de un comercio de telas parisino en los años treinta: «Señoras y señores, les suplico que echen una mirada indulgente a las observaciones que ahora siguen; el intenso deseo de contribuir a su eterna salvación me lleva a presentárselas. Permítanme que atraiga su atención sobre el estudio de las Sagradas Escrituras, así como a la extrema moderación de los precios que he sido el primero en aplicar a mis artículos de géneros de punto [...]. Rue du Pavé-Saint-Sauveur, nº 13».

Obra de los pasajes

Eduard Kroloff. Schilderungen aus Paris, II, Hamburgo, 1839, p. 57. Cit. En Obra de los pasajes, G 1, 4

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La poesía de los surrealistas trata directamente las palabras como nombres de empresas comerciales, y sus textos son en realidad folletos publicitarios de negocios que no abrieron sus puertas todavía. También hoy, al contrario, en los nombres de las empresas comerciales anidan aquellas mismas fantasías que parecían haberse atesorado en la lengua como términos ‘poéticos’.

Obra de los pasajes

Obra de los pasajes, G 1 a, 2

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