La función de la memoria es la protección de las impresiones, pues el recuerdo tiende a su deterioro. La memoria es en lo esencial conservadora, mientras el recuerdo es destructivo.

Aquello a lo que afecta la intención alegórica es separado de los contextos de la vida: y con ello es, al tiempo, tan destruido como conservado. La alegoría se aferra a las ruinas, ofreciendo la imagen de la inquietud coagulada.

Hubo de ser [Kraus] el desesperado el que, por su parte, descubriera en la cita una fuerza no de conservar, sino más bien de purificar, y de destruir y sacar de contexto; la única que infunde todavía la esperanza de que algunas cosas sobrevivan a este escaso espacio temporal, precisamente porque las han sacado de él.

La verdadera narración siempre ha tenido un decidido carácter conservador en el mejor sentido de este término. No es posible pensar en ninguno de los grandes narradores manteniéndose al margen de los más antiguos pensamientos de los hombres.

Contraste entre la memoria y el recuerdo: la función de la memoria consiste en proteger las impresiones; el recuerdo mira a su disolución. La memoria es conservadora esencialmente, y el recuerdo en cambio es destructivo.