Abada, Madrid, 2012 (traducción de Juan Barja y Juana Inarejos)
Cuanto más sienta, sí, cuanto más sienta como varias
[personas,
y cuantas más personalidades tenga yo,cuanto más intensamente yo las tenga, más estridentemente,
cuanto más simultáneamente sienta con todas ellas,
más unificado en lo diverso, dispersamente atento,
de que no tengo personalidad en sentido estricto,
[sino sentirme ahí,
encima de la silla, como un libro que la sueca se hubiera ahí[dejado!
¿Para qué he de estar en donde estoy si sólo es donde estoy?
¿Para qué he de ser yo por siempre yo, cuando yo no puedo ser
[quien soy?
Al fin la mejor manera de viajar es sentir.
Sentirlo todo de todas las maneras.
Sentirlo todo excesivamente,
porque todas las cosas son, en verdad, excesivas
y la totalidad de lo real es exceso, violencia,
¡Y de este miedo, esta angustia, este peligro propio de ultraser,
no se puede huir, no se puede huir, no se puede!
Cárcel del Ser, ¿no hay liberación de ti?
Cárcel de pensar, ¿no hay liberación de ti?
¡Ah, no, no hay ninguna –ni tampoco muerte, ni vida, ni Dios!
Nosotros, los gemelos del Destino, existimos en ambos.
Nosotros, gemelos de todos los Dioses, de toda su especie,
siendo el mismo abismo y la misma sombra,
porque seamos sombra, o seamos luz, siempre se trata de la
[misma noche.
¡Sea quien sea, navío, no quiero ser yo!
¡Llévame lejos de mí, a remo, vela o máquina!
¡Vamos!, ¡vamos!, ¡que vea cómo se abre el abismo entre la
[costa y yo,
y cómo se abre el río entre la orilla y yo,y cómo se abre el mar entre el muelle y yo,
la muerte al fin, la muerte, entre yo y la vida!
Sensación metafísica de las otras personas, y de sus realidades
[como de su decoro...
¡Oh enfermedad humanitaria de mis nervios, siempre[vibrando llenos de otras personas,
voluptuosidad de gozar y sufrir las posibles hipótesis de la vida[de otros...
¡Y yo ser sólo yo, sólo yo eternamente, no tener otras vidas[sino sólo la mía!