de que no tengo personalidad en sentido estricto,
[sino sentirme ahí,
encima de la silla, como un libro que la sueca se hubiera ahí[dejado!
Libro del desasosiego
«Los grandes fragmentos», «Fórmula de bien soñar», p. 496
FÁRMACOS
No leer nunca un libro hasta el final. Ni leerlo de corrido y sin saltos.
Libro del desasosiego
«Los grandes fragmentos», «Fórmula de bien soñar», p. 496
LECTURAS / ESTÉTICA
La mejor manera de empezar a soñar es mediante libros. Las novelas son muy útiles para el principiante. Aprender a entregarse totalmente a la lectura, a vivir de manera absoluta con los personajes de una novela, es el primer paso. Que nuestra familia y sus desgracias nos parezcan repulsivas e insípidas al lado de ellas, esa es la señal del progreso.
Libro del desasosiego
«Los grandes fragmentos», «Fórmula de bien soñar», pp. 497-498
LECTURAS / ESTÉTICA
SUEÑO
Para todos nosotros caerá la noche y llegará la diligencia. Gozo de la brisa que me dan y del alma que me dieron para gozarla, y no pregunta más ni busco. Si lo que dejé escrito en el libro de los viajantes puede, releído un día por otros, entretenerlos también en el tránsito, estará bien. Si no lo leen, ni se entretienen, estará bien también.
En mi infancia y primera adolescencia hubo para mí, que vivía y era educado en tierras inglesas, un libro supremo y absorbente: los Pickwick Papers de Dickens; todavía hoy, y por eso, lo leo y releo como si no hiciese otra cosa que recordar.
En mi segunda adolescencia dominaron mi espíritu Shakespeare y Milton, así como accesoriamente aquellos poetas románticos ingleses que son sus sombras irregulares; entre éstos fue quizá Shelley aquél con cuya inspiración conviví más.
En lo que puedo llamar mi tercera adolescencia, pasada aquí; en Lisboa, viví en la atmósfera de los filósofos griegos y alemanes, así como en la de los decadentes franceses, cuya acción me fue súbitamente barrida del espíritu por la gimnasia sueca y por la lectura de la Dégénérescence de Nordau.
Sobre literatura y arte
«(Carta) A José Osório de Oliveira», p. 22
LECTURAS / ESTÉTICA
La variedad es la única excusa para la abundancia. Ningún hombre debería dejar veinte libros diferentes a menos que sepa escribir como veinte hombres diferentes. Las obras de Víctor Hugo ocupan cincuenta extensos volúmenes a pesar de que cada volumen, casi cada página, contiene a todo Víctor Hugo. […] La opinión de Goethe acerca de él sigue siendo suprema, a pesar de lo pronto que fue expresada, y una gran lección para todos los artistas: «debería escribir menos y trabajar más», dijo.