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8 claves sobre el TTIP

Susan George
Portada de Los usurpadores, Barcelona, Icaria, 2015

El Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (conocido por sus siglas en inglés TTIP) es un tratado de libre comercio que están negociando Estados Unidos y la Unión Europea, con el objetivo declarado de aumentar el comercio y la inversión, y mejorar el crecimiento económico. Se trata de acuerdo sin precedentes por la cantidad de ámbitos que abarca, su gran alcance y la complejidad jurídica que implica. En Los usurpadores, Susan George ofrece algunas claves para comprender el tratado.

VIENE DE LEJOS. Aunque las negociaciones sobre el TTIP se iniciaron en julio de 2013, las medidas y regulaciones que pretende establecer han estado en preparación desde hace tiempo. Ya en 1995, el Departamento de Comercio de Estados Unidos y la Comisión Europea convocaron el Diálogo Comercial Transatlántico (TABD), que reunía a los líderes empresariales estadounidenses y europeos, los secretarios de gabinetes ministeriales estadounidenses y los comisarios de la Unión Europea.

AFECTA A TODOS LOS NIVELES. En el caso de llegar a aprobarse, el TTIP afectaría a todos los niveles de gobierno, desde las autoridades locales o regionales a las supranacionales. Las características del tratado harían prácticamente imposible modificar sus términos en el caso de que un gobierno pretendiese reformarlo, ya que depende directamente de la Unión Europea.

SE ESTÁ NEGOCIANDO EN SECRETO. Las negociaciones a puerta cerrada del TTIP y el secreto que pesa sobre la mayoría de sus documentos han recibido grandes críticas. Como señala George, «ni siquiera nuestros parlamentarios nacionales o europeos pueden leer los textos ni saber qué se ha acordado ya en las negociaciones».

ISDS. El tratado incorpora la temida cláusula ISDS o Acuerdo sobre Disputas de Inversor a Estado, que permite a las corporaciones demandar a los estados ante un tribunal de arbitraje privado cuando consideran que sus regulaciones les perjudican o pueden dañar sus beneficios.

ARMONIZACIÓN DE NORMATIVAS. El tratado tiene entre sus objetivos prioritarios el de armonizar las regulaciones entre Estados Unidos y Europa en materia sanitaria, medioambiental o laboral. Las corporaciones pretenden eliminar el principio de precaución que guía las normativas europeas, mucho más restrictivas y cautelosas que las norteamericanas. Este principio es la base del rechazo europeo a importar, por ejemplo, carne hormonada. También se pretende acabar con el etiquetado obligatorio de productos transgénicos.

DERECHOS LABORALES. La armonización de normativas afecta especialmente a los derechos laborales, ya que Estados Unidos no ha ratificado seis de las ocho convenciones de la OIT, relativas a la libertad de asociación y prácticas sindicales. También existe un riesgo de bajada de los salarios, como ocurrió en México tras la firma del NAFTA. 

SERVICIOS PÚBLICOS. El TTIP también pretende crear nuevos mercados abriendo el sector de los servicios públicos y la contratación pública a las empresas transnacionales. Como explica George, «las adquisiciones públicas a todos los niveles tendrían que estar abiertas a las ofertas de todos los países firmantes del TTIP y resultaría imposible privilegiar a una empresa local o nacional para realizar cualquier obra pública».

PROPIEDAD INTELECTUAL Y GENÉRICOS. Dado que el lobby de la industria farmacéutica es uno de los más poderosos, está presionando para que el TTIP incorpore medidas como prolongar la vigencia de las patentes de medicamentos o retrasar la entrada de genéricos en el mercado.