Haz
1940. Hemeroteca Municipal de Madrid
El terror, la miseria, la angustia, la amenaza constante, la memoria del dolor y la derrota, el frío, el hambre… Así era el paisaje de nuestras ciudades y pueblos en la década de los cuarenta. Todo bajo la negra sombra del crucificado que la Iglesia utilizó para consolidar el temblor del miedo que franqueaba las puertas de la muerte y se extendía hasta el más allá.
Yo volví del exilio a principios de los cuarenta con mis seis años cargados de ausencias, pero limpios de los remordimientos y la culpa que en años sucesivos intentarían someterme. Y la imagen del Cristo crucificado a todas horas y en cualquier lugar, en la clase, en la capilla, en los pasillos y en el dormitorio de mi nuevo hogar, el internado, me sumió en el espanto de la tortura y del terror físico por las heridas y los tormentos de los clavos y de la corona ensangrentada, y en la angustia del sometimiento por la humillación de una postura tan obligatoriamente pasiva, tan indefensa. Las historias de las monjas, los vía crucis, los sermones, las amenazas del infierno, reafirmaban aún más el sufrimiento y la angustia. Me atormentaban las pesadillas de noche y en la oscuridad del sueño aparecían fragmentos ensangrentados de carne humana, heridas profundas y espadas que amenazaban mi propio pecho. Era capaz de sentir el amargo sabor de la hiel sin que ninguna esponja se introdujera en mi boca y lloraba de desamparo ante una muerte que sin saber lo que era concitaba todo el terror de la vida.
Han pasado los años y lejos quedan el poder siniestro del dictador y de la Iglesia. Pero aún el leve temblor que me produce la imagen del crucificado se reproduce hasta la profundidad de mi alma, hasta las mismas raíces de mi conciencia.
Rosa Regás
(Barcelona, 1933)
Escritora y editora durante muchos años, no se decidió a publicar hasta los años ochenta. Entre sus novelas destacan Azul (1994) o La canción de Dorotea (2001), y ha publicado también recopilaciones de sus asiduas colaboraciones en prensa, como Canciones de amor y de batalla (1995) o Más canciones (1998).