Libro del desasosiego

Nueva edición de Richard Zenith, Acantilado, Barcelona, 2013 (traducción de Perfecto E. Cuadrado)

Esta es mi moral, o mi metafísica, o yo. Transeúnte de todo ―hasta de mi propia alma―, no pertenezco a nada, no deseo nada, no soy nada ―centro abstracto de sensaciones impersonales, espejo caído que siente orientado hacia la variedad del mundo. Con esto, no sé si soy feliz o infeliz; y tampoco importa.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 208, p. 220


FÁRMACOS
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Al actuar junto a otros pierdo, al menos, una cosa ―el actuar solo.

Cuando me entrego, aunque parezca que me expando, me limito. Convivir es morir. Para , sólo mi autoconciencia es real; los otros son fenómenos inciertos en esa conciencia, a los que resultaría mórbido prestar una realidad muy verdadera.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 209, p. 221


FÁRMACOS
MUERTE
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Soy más viejo que el Tiempo y que el Espacio, porque soy consciente. Las cosas se derivan de ; la Naturaleza entera es la primogénita de mi sensación.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 218, p. 228


SENSUALISMO / SENSACIÓN
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Ese lugar activo de las sensaciones, mi alma, pasea a veces conmigo conscientemente por las calles nocturnas de la ciudad, en las horas tediosas en que me siento un sueño entre sueños de otra especie, a la luz — del gas, entre el ruido transitorio de los vehículos.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 219, p. 228


SENSUALISMO / SENSACIÓN
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Ese lugar activo de las sensaciones, mi alma, pasea a veces conmigo conscientemente por las calles nocturnas de la ciudad, en las horas tediosas en que me siento un sueño entre sueños de otra especie, a la luz — del gas, entre el ruido transitorio de los vehículos.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 219, p. 228


NOCHE
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Ese lugar activo de las sensaciones, mi alma, pasea a veces conmigo conscientemente por las calles nocturnas de la ciudad, en las horas tediosas en que me siento un sueño entre sueños de otra especie, a la luz — del gas, entre el ruido transitorio de los vehículos.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 219, p. 228


CIUDAD
SUEÑO
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…la solemne tristeza que vive en todas las cosas grandes ―lo mismo en las cumbres que en las grandes vidas, en las noches profundas que en los poemas eternos.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 233, p. 241


NOCHE
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No subordinarse a nada ―ni a un hombre, ni a un amor, ni a una idea, tener aquella independencia lejana que consiste en no creer en la verdad, ni tampoco, caso de haberla, en la utilidad de su conocimiento― tal es el estado en que, me parece, debe transcurrir, para con ella misma, la vida íntima intelectual de los que no viven sin pensar. Pertenecer ―he ahí la banalidad. Credo, ideal, mujer o profesión ―todo significa la celda y las esposas. Ser es estar libre.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 236, pp. 244-245


FÁRMACOS
AMOR
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Nos cansamos de todo, salvo de comprender, dijo el escoliasta. Comprendamos, comprendamos siempre, y luchemos por tejer astutamente coronas o guirnaldas que también habrán de marchitarse, flores espectrales de esa comprensión.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 238, p. 247


FÁRMACOS
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A lo largo de la noche, durante horas y horas, el ruido de la lluvia descargó. A lo largo de la noche, conmigo en duermevela, su monotonía fría me estuvo insistiendo en los cristales. […] Mi alma era la misma de siempre, igual entre sábanas que entre personas, dolorosamente consciente del mundo. Tardaba en llegar el día como tarda la felicidad, y a aquellas horas parecía que tardaba indefinidamente.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 240, p. 248


NOCHE
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Quien quisiera hacer un catálogo de monstruos, no tendría más que fotografiar en palabras las cosas que la noche trae a las almas soñolientas que no consiguen dormir. Esas cosas poseen toda la incoherencia del sueño sin la disculpa incógnita de que se está durmiendo. Sobrevuelan como murciélagos la pasividad del alma, vampiros que chupan la sangre de la sumisión.

Son larvas del declive y del desperdicio, sombras que pueblan el valle, vestigios que quedan del destino.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 243, p. 250


NOCHE
SUEÑO
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La vida en sí misma es, al final, un gran insomnio, y hay un lúcido despertar sobresaltado en todo cuanto hacemos y pensamos.

Sería feliz si pudiera dormir. Esta opinión es la que tengo en este momento, porque no duermo.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 243, p. 251


NOCHE
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Considerar todo cuanto nos sucede como accidentes o episodios de una novela, a la que asistimos no con la atención sino con la vida ―sólo con esta actitud podremos vencer la malicia de los días y los caprichos de los acontecimientos.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 246, p. 253


FÁRMACOS
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La vida práctica siempre me pareció el menos cómodo de los suicidios.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 247, p. 254


FÁRMACOS
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Nunca encontré argumentos salvo para la inercia. Día a día se fue infiltrando más y más en la conciencia sombría de mi inercia de abdicador. Procurar modos de inercia, apostar en huir de todo esfuerzo por vivir, de toda responsabilidad social ―esculpí con esos materiales de — la estatua pensada de mi existencia.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 251, p. 259


FÁRMACOS
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Creé para mí una orientación estética. Y orienté esta estética hacia lo puramente individual.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 251, p. 259


FÁRMACOS
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Gasté noches de terror inclinado sobre volúmenes de místicos y de cabalistas, que nunca tenía paciencia para leer enteros si no era de manera intermitente

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 251, p. 260


NOCHE
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Lentamente me acoracé contra el sentimiento del ridículo. Me enseñé a ser insensible ya fuera para los reclamos de los instintos ya para las solicitaciones

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 251, p. 260


FÁRMACOS
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Soy un ascético de la religión de mismo. Una taza de café, un cigarrillo y mis sueños sustituyen cumplidamente al universo y sus estrellas, al trabajo, al amor, incluso a la belleza y a la gloria. No tengo casi necesidad de estímulos. El opio lo tengo yo en el alma.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 251, p. 261


FÁRMACOS
AMOR
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No construyo teorías respecto a la vida. Si es buena o mala, no lo , no pienso en ello. A mis ojos es dura y triste, con sueños deliciosos intercalados. ¿Qué me importa lo que la vida sea para los otros?

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 251, p. 261


FÁRMACOS
SUEÑO
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No querer comprender, no analizar… Verse como se ve la naturaleza; mirar sus impresiones como se mira un campo ―en eso consiste la sabiduría.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 252, p. 263


FÁRMACOS
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…el sagrado instinto de no tener teorías.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 253, p. 263


SENSUALISMO / SENSACIÓN
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…el sagrado instinto de no tener teorías.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 253, p. 263


FÁRMACOS
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Más de una vez, al pasear lentamente por las calles vespertinas, me ha golpeado el alma, con una violencia súbita y aturdidora, la extrañísima presencia de las cosas. No son exactamente las cosas naturales las que de ese modo me afectan y las que de manera tan poderosa me producen esa sensación: son más bien las distribuciones de las calles, los letreros, las personas vestidas y charlando, los empleos, los periódicos, la inteligencia de todo eso. O, mejor, es el hecho de que existan distribuciones de calles, letreros, empleos, hombres, sociedad, todo entendiéndose y prosiguiendo y abriendo caminos.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 254, p. 263


SENSUALISMO / SENSACIÓN
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Más de una vez, al pasear lentamente por las calles vespertinas, me ha golpeado el alma, con una violencia súbita y aturdidora, la extrañísima presencia de las cosas. No son exactamente las cosas naturales las que de ese modo me afectan y las que de manera tan poderosa me producen esa sensación: son más bien las distribuciones de las calles, los letreros, las personas vestidas y charlando, los empleos, los periódicos, la inteligencia de todo eso. O, mejor, es el hecho de que existan distribuciones de calles, letreros, empleos, hombres, sociedad, todo entendiéndose y prosiguiendo y abriendo caminos.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 254, p. 263


CIUDAD
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