periodismo

La destinación de una revista es hacer patente el espíritu propio de su época. La actualidad de ese espíritu es más importante para ella que su unidad o claridad; por tanto una revista estaría condenada –como los periódicos– a la insustancialidad más completa si en ella no pudiera configurarse una vida con fuerza suficiente para salvar todo cuanto resulte problemático con base en su propia afirmación.

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Hoy toda revista debería ser implacable en el pensamiento e imperturbable en lo que dice, sin prestarle al público la menor atención cuando así resulte necesario, aferrándose a lo que en verdad es actual, que va tomando forma por debajo de la estéril superficie de eso nuevo o novísimo cuya explotación se ha de ceder a los periódicos. Para toda revista entendida de ese modo, la crítica es sin duda el guardián del umbral.

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El aparato periodístico requiere, al igual que una fábrica, trabajo y mercados. En determinados momentos del día –dos o tres veces en el caso de los grandes periódicos– es imprescindible proporcionar una determinada cantidad de trabajo a las máquinas. Y no con un material cualquiera: todo aquello que haya sucedido entre tanto en algún ámbito de la vida, de la política, de la economía, del arte..., tiene que haber sido periodísticamente elaborado.

Karl Kraus

Peter Suhrkamp, «Der Journalist» –frase puesta en boca de Karl Kraus–. Cit. en W. Benjamin, Obras II, 1, p. 343-344

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¿Es la prensa pues un mensajero? No: ella es el acontecimiento. ¿Es la prensa un discurso? No, es la vida. Pues no sólo pretende que los verdaderos acontecimientos sean sus noticias de los acontecimientos, sino que produce esa inquietante identidad que hace que parezca que se relatan las acciones antes de que sean llevadas a cabo, como también produce muchas veces lo que es su propia posibilidad.

Karl Kraus

Karl Kraus, In dieser grossen Zeit, en Weltgericht, vol. I, Leipzig, 1919, p. 14. Cit. en Obras II, 1, p. 351

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La prensa no es un siervo –¿cómo iba un siervo a reclamar y obtener tanto?–, sino ya el acontecimiento. Así, una vez más, el instrumento se nos escapa de las manos. Pues hemos puesto al hombre que debe avisarnos de que hay un incendio, y que debe ocupar el lugar más bajo en el Estado, por encima del mundo, así como del incendio y de la casa, y aun por encima de los hechos y de nuestra misma fantasía.

Karl Kraus

Karl Kraus, In dieser grossen Zeit, en Weltgericht, vol. I, Leipzig, 1919, p. 14. Cit. en Obras II, 1, p. 351

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El periódico es un instrumento del poder. Y su valor deriva del carácter propio del poder a quien sirve; pues el periódico es expresión de éste, y no sólo en aquello que defiende, sino en la manera en que lo hace.

Karl Kraus

Obras II, 1, p. 351

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Kraus contrapone a esas sensaciones siempre iguales que la prensa diaria le presenta a su público la ‘noticia’ eternamente nueva que hay que dar de la historia de la Creación: el lamento incesante, eternamente nuevo.

Karl Kraus

Obras II, 1, p. 352

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«Los derechos humanos [argumenta Karl Kraus] son el frágil juguete de los adultos, uno con el cual todos quieren jugar y que por eso no dejan que les quiten». De este modo, la delimitación entre lo privado y lo público, esa que en 1789 vino a proclamar la libertad, se ha convertido hoy en un sarcasmo. Pues mediante el periódico, como dice Kierkegaard, «la distinción entre público y privado es relevada por una verborrea que es pública-privada».

Karl Kraus

Obras II, 1, p. 364

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Un vistazo al periódico muestra que la experiencia hoy ha alcanzado un nuevo punto bajo; que no sólo la imagen del mundo exterior, sino también la imagen del mundo moral ha sufrido de la noche a la mañana cambios que no se habrían considerado posibles. Con la Guerra Mundial se empezó a hacer patente aquel proceso que no se ha detenido desde entonces. ¿No se observó al acabar la guerra que la gente volvía enmudecida del frente?

El narrador

Obras II, 2, p. 42

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Con el dominio de la burguesía –uno de cuyos mejores instrumentos en el alto capitalismo es sin duda la prensa–, surge una forma de comunicación la cual, por más remoto que sea su origen, nunca había influido de manera tan determinante sobre la forma épica como tal. Pero ahora lo hace claramente. Y así queda claro que esta nueva forma de comunicación no es menos ajena a la narración que a la propia novela, siendo más peligrosa para la primera mientras provoca la crisis de la segunda. Esta nueva forma de comunicación es lo que se llama información.

El narrador

Obras II, 2, pp. 46-47

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La asimilación arbitraria de los hechos va de la mano de la asimilación igualmente arbitraria del lector, que se ve convertido de repente en colaborador de su periódico.

El periódico

Obras II, 2, p. 239

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Hoy en Rusia leer es más importante que escribir; y leer el periódico es más esencial que leer libros; y enseñar a leer es más importante todavía que leer el periódico.

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El surrealismo ha reaccionado con extrema violencia, que honra a Francia y a sus intelectuales, contra esa mezcla de literatura y periodismo que en Alemania está empezando a convertirse en la fórmula propia de la actividad literaria. Así ha dotado a [...] la poesía pura, que amenazaba con hundirse en lo académico, un fuerte sentido demagógico, casi incluso político. Pero además, ha recuperado la gran tradición de la literatura esotérica, que en verdad está muy lejos de ‘el arte por el arte’ y entiende y ejerce la escritura en tanto que práctica curativa secreta. El surrealismo ha comprendido la interrelación hoy existente entre diletantismo y corrupción, que conforma la base operativa sobre la que se extiende el periodismo.

Diario de París

Obras, IV, I, p. 545.

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