Alianza editorial, 1987 (1985), traducción, selección y notas de Nicolás Extremera Tapia, Enrique Nogueras Valdivieso y Lluïsa Trias i Folch
Nuestra sensibilidad es de una complejidad tal que la antigüedad no podía ni soñarla. Así, nuestra disciplina de esa sensibilidad debe implicar el uso de una cantidad mucho más elevada de fuerza mental.
Los griegos podían sentir profundamente, intensamente, o salvajemente, pero lo hacían siempre racionalmente. Sus emociones surgían razonables aun cuando con fiereza y violencia. No sólo no podemos alcanzar esa calidad, sino que tampoco debemos; pues si tuviéramos el sentimiento griego y el intelecto griego, seríamos griegos de la antigüedad y no europeos modernos.
Si reparamos en cuáles son las cosas esenciales de la poesía, nos convenceremos fácilmente de que son cosas que no es preciso tocar para reformar el arte. Una es la construcción, otra es la Weltanschauung.
Sobre literatura y arte
«II. Arte y estética», «8. A. Mora», p. 278
LECTURAS / ESTÉTICA
El romanticismo es en el fondo una confesión de debilidad. Lejos de haber sido una renovación del arte, fue una incapacidad de renovarlo. ¿Se habían agotado las fórmulas clásicas? No se habían agotado las fórmulas clásicas, lo que se había agotado era la inspiración dentro de ellas. Para encontrar una nueva inspiración hizo falta saltar fuera de las reglas. Por eso he dicho que el romanticismo ―pues es una incapacidad para trabajar dentro de límites― es una incapacidad de renovación artística.
Sobre literatura y arte
«II. Arte y estética», «8. A. Mora», Sobre literatura y arte, p. 278
LECTURAS / ESTÉTICA
Para los sentimientos vagos que no comportan definición existe un arte, la música, cuyo fin es sugerir sin determinar. Para los sentimientos perfectamente definidos, de modo que la emoción es difícil en ellos, existe la prosa. Para los sentimientos que son fluidos y armoniosos existe la poesía. En una época sana y robusta, un Verlaine o un Mallarmé habrían escrito la música que habían nacido para escribir. No habrían tenido nunca esa tendencia a decir en palabras lo que la palabra no comporta. Pregunto al mayor entusiasta de los simbolistas franceses si lo conmovió Mallarmé tanto como una melodía vulgar, si la inexpresión de Verlaine alcanzó alguna vez la legítima inexpresión de un sencillo vals. No la alcanzó, y si me responden que prefieren para ese fin a Verlaine o a Mallarmé a la música, lo que me están diciendo es que prefieren la literatura como música a la música, me están diciendo algo que, fuera de compadecerlos, no tiene sentido.
Sobre literatura y arte
«II. Arte y estética», «9. Regreso de los dioses: estética», p. 280
LECTURAS / ESTÉTICA
El artista debe expresar no sólo lo que es de todos los hombres, sino también lo que es de todos los tiempos. El subjetivismo cristista produjo, además del error personalista, ese otro error, la preocupación de interpretar la época. Es magistral la tantas veces citada frase de Goethe sobre el asunto; en efecto, un hombre de genio sólo por sus defectos es de su época. Nuestra época nos sustrae a la humanidad.
Sobre literatura y arte
«II. Arte y estética», «9. Regreso de los dioses: estética», pp. 279-280
LECTURAS / ESTÉTICA
El valor esencial del arte consiste en que es el indicio del tránsito del hombre en el mundo, el resumen de su experiencia emotiva de él […]
El arte y no la historia es el maestro de la vida.
La obra de arte consiste, fundamentalmente, en una interpretación objetivada de una impresión subjetiva.
El fin del arte es imitar perfectamente la Naturaleza. Este principio elemental es justo si no olvidamos que imitar a la Naturaleza no quiere decir copiarla, pero sí imitar sus procesos. Así, la obra de arte debe tener las características de un ser natural, de un animal; debe ser perfecta como son ―y cada vez lo vemos mejor según la ciencia progresa― los seres naturales; […] Así, notémoslo, la idea de perfección no es, como pensaba Platón, griego decadente, una idea venida del ideal; la idea de perfección nace de la contemplación de las cosas, de la Materia y de la perfección que la Naturaleza pone en los seres que produce […]
El ideal del artista influenciador es alto en la medida en que tiene conciencia de su oficio, en la medida en que tiene conciencia de su papel de influenciador de generaciones futuras y de la misión de quien debe dejar perennemente aumentado el patrimonio espiritual de la humanidad.
Los poetas antiguos tenían esta conciencia; su decadencia entre los modernos, sustituida por el ansia de popularidad inmediata, atributo finalista de las artes inferiores, es uno de los síntomas más fuertes de nuestra degradación moral (espiritual).
Sobre literatura y arte
«II. Arte y estética», 13, Sobre literatura y arte, pp. 284-285
LECTURAS / ESTÉTICA
Hay artes cuyo fin es entretener: son la danza, el canto y el arte de representar.
Hay artes cuyo fin es agradar: son la escultura, la pintura y la arquitectura.
Hay artes cuyo fin es influir: son la música, la literatura y la filosofía.
Un asunto sexual debe ser tratado en arte de manera que no suscite deseo. Para suscitar deseo sirve mejor una fotografía pornográfica.
El arte supremo tiene como fin liberar ―elevar el alma sobre lo que es estrecho, por encima de los instintos, de las preocupaciones morales o inmorales.
El arte no guarda relación con la moral en cuanto a fin, sí en cuanto al contenido.
Todo arte debe causar placer ―varía el tipo de placer―. El arte inferior causa placer porque distrae, libertad porque libera de las preocupaciones de la vida; el arte superior menor causa placer porque alegra, libertad porque libera de la imperfección de la vida; el arte superior causa placer porque libera, libertad porque libera de la propia vida.
Sobre literatura y arte
«II. Arte y estética», 15, Sobre literatura y arte, pp. 286-287
LECTURAS / ESTÉTICA
A cada concepto de la vida corresponde no sólo una metafísica, sino también una moral. Lo que el metafísico no hace porque es falso y el moralista no lo hace porque es malo, no lo hace el esteta porque es feo.
Sobre literatura y arte
«II. Arte y estética», 3, Sobre literatura y arte, p. 271
LECTURAS / ESTÉTICA
El poeta superior dice lo que efectivamente siente. El poeta medio dice lo que decide sentir. El poeta inferior dice lo que cree que debe sentir.
Sobre literatura y arte
«III. El poeta», «4. Nota al acaso», p. 290
LECTURAS / ESTÉTICA
«Sólo un tonto», dijo Bismarck, «aprende por experiencia; yo he aprendido algo siempre de la experiencia ajena»
Hay tres clases de cultura: la que resulta de la erudición, la que resulta de la experiencia transferida, y la que resulta de la multiplicidad de intereses intelectuales. […] Daremos ejemplos de todas según existieron en tres grandes poetas: vemos la primera en Milton, que se preparó conscientemente para su obra poética ―la que habría de ser, pues de joven no sabía cuál sería― por medio del dominio del griego, del latín, del hebreo y del italiano (que no sólo leía, sino que también escribía), y mediante el estudio de los clásicos en las dos primeras lenguas. Vemos la segunda en Shakespeare, persona poco leída y cultivada, pero intenso y profundo en su aprovechamiento de cuanto veía y oía, hasta el extremo de simular involuntariamente una erudición que en verdad no tenía. Vemos la tercera en Goethe, que ni tenía la erudición de Milton ni la ultra asimilación de Shakespeare, pero cuya variedad de intereses, que abarcaba todas las artes y casi todas las ciencias, compensaba en universalidad lo que en profundidad o absorción perdía.
«Sólo un tonto», dijo Bismarck, «aprende por experiencia; yo he aprendido algo siempre de la experiencia ajena»
Sobre literatura y arte
«III. El poeta», 1, Sobre literatura y arte, p. 288
FÁRMACOS
Todas las artes son una futilidad frente a la literatura.
Sobre literatura y arte
«IV. Literatura, prosa y poesía», «2. Argumento del periodista», p. 294
LECTURAS / ESTÉTICA
La poesía es, sin duda, en lo que la buena lógica tiene sólo de buena lógica, una especie del género de la literatura. Es ésta el arte que se forma con palabras; aquélla la especie que se forma con palabras dispuestas de determinada manera. «La prosa», decía Coleridge, «es las palabras dispuestas en el mejor orden; la poesía las mejores palabras dispuestas en el mejor orden». Es así, o casi.
Sobre literatura y arte
«IV. Literatura, prosa y poesía», 1, p. 293
LECTURAS / ESTÉTICA
El arte que vive primordialmente del sentido directo de la palabra se llamará con propiedad prosa, sin más; el que vive primordialmente de los sentidos indirectos de la palabra ―de lo que la palabra contiene, no de lo que simplemente dice se llamará convenientemente literatura; el que vive primordialmente de la proyección de todo eso en el ritmo se llamará con propiedad poesía.
Sobre literatura y arte
«IV. Literatura, prosa y poesía», 1, p. 294
LECTURAS / ESTÉTICA
La poesía es la emoción expresada en ritmo a través del pensamiento, como la música es esa misma expresión, pero directa, sin la mediación de la idea.
Musicar un poema es acentuarle la emoción reforzándole el ritmo.
Sobre literatura y arte
«IV. Literatura, prosa y poesía», 5, p. 298
LECTURAS / ESTÉTICA
Los dioses no murieron: lo que murió fue nuestra visión de ellos. No se fueron: los dejamos de ver. O cerramos los ojos o alguna niebla se interpuso entre ellos y nosotros. Subsisten, viven como vivieron, con la misma divinidad y la misma calma.
Sobre literatura y arte
«Paganismo», «13. El regreso de los dioses», Sobre literatura y arte, p. 162
PANTEÍSMO
Reconocer que no sabemos nada salvo que hay una ley en todo, ley que se manifiesta ajena a nuestros dolores y a nuestros placeres, más allá del bien y del mal; que somos, bajo esa ley, juguetes en manos de fuerzas superiores que no conocen la perfección moral, como nosotros no la conocemos entre nosotros; que, puesto que sólo el universo objetivo nos ha sido dado, en ese universo y en conformación con ese universo debemos vivir nuestra vida, pues, si podemos tener otras formas de vida, a su tiempo las tendremos o nos serán dadas. En esto consiste la religión pagana o, si se prefiere, la filosofía del paganismo.
Reconocer que no sabemos nada salvo que hay una ley en todo, ley que se manifiesta ajena a nuestros dolores y a nuestros placeres, más allá del bien y del mal; que somos, bajo esa ley, juguetes en manos de fuerzas superiores que no conocen la perfección moral, como nosotros no la conocemos entre nosotros; que, puesto que sólo el universo objetivo nos ha sido dado, en ese universo y en conformación con ese universo debemos vivir nuestra vida, pues, si podemos tener otras formas de vida, a su tiempo las tendremos o nos serán dadas. En esto consiste la religión pagana o, si se prefiere, la filosofía del paganismo.
Sobre literatura y arte
«Paganismo», «15. António Mora», Sobre literatura y arte, p. 166
PANTEÍSMO